El etiquetado frontal es ley, pero hay que seguir prestándole atención a los rótulos de los alimentos

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El licenciado en tecnología industrial de los alimentos Agustin Crok afirma que hay que seguir prestándole atención a los rótulos de los alimentos, en especial a la lista de ingredientes. La ausencia o presencia de sellos de advertencia, no siempre indicará que un producto sea o no sea saludable.


La Ley de Promoción de Alimentación Saludable, o ley de etiquetado frontal, ya es una realidad en Argentina. Escribió un artículo para comentar algunas contras de la ley y «trampas» que puede usar la industria para evitar colocar sellos de advertencia en sus productos y que parezcan más saludables antes los ojos de los consumidores.

Según Crok, los sellos de advertencia del etiquetado frontal son una medida necesaria, pero no suficiente para que los consumidores identifiquen correctamente productos saludables. La ley es incompleta y necesita complementarse con educación alimentaria.

La gran mayoría de los consumidores no saben identificar correctamente un producto saludable según su rótulo. Muchos se dejan guiar por la marca, por leyendas en el envase, el color verde o la información nutricional complementaria o «CLAIMS» (Light, Bajo en Sodio, Sin azúcar, etc). Si no se acompaña con educación alimentaria, con esta nueva medida sucederá algo similar, los consumidores se van a dejar guiar por la ausencia/presencia de sellos para determinar si un producto es o no saludable cuando esto no es necesariamente así.

En su artículo muestra como en los últimos años varios productos muy populares han sido reformulados y lamentablemente, para mal. No desde el lado del desarrollo del producto, sino nutricional. Productos diluidos, con menor cantidad de alimento real y más aditivos alimentarios para compensar las pérdidas organolépticas.

Según su hipótesis, con la ley de promoción de alimentación saludable va a suceder algo similar… Las empresas van a buscar eliminar o reducir la cantidad de sellos de advertencia de sus productos para que parezcan más «saludables» y para ello comenzarán a modificar las fórmulas diluyéndolos y agregando aditivos alimentarios, quedando en los límites de la ley para colocar sellos de advertencia.

Cuando compramos unas papas fritas tipo snack, un alfajor o un chocolate ya sabemos que no es algo sano. Sin embargo, muchas personas compran una barrita de cereal, un alfajor de cierta marca o un queso untable «light» porque están categorizados como «saludables». Terminaremos pagando lo mismo o más por productos menos nutritivos desde el punto de vista de la calidad del alimento, con menor cantidad de alimento real y más «porquerías»

Otro inconveniente es que las condiciones para colocar los sellos de advertencia no son idóneas. Por ejemplo, en esta primera etapa, el sello de «EXCESO EN AZÚCARES» se coloca cuando la cantidad de azúcares añadidos aporta más del 20% de las calorías totales del producto.

Y el sello de «EXCESO EN GRASAS SATURADAS» cuando estas aportan el 12% o más de las calorías totales. Pueden hacer que la cantidad de azúcares añadidos aporte exactamente el 20% de las calorías, o el 19%, y el producto ya no llevaría el sello de advertencia.

Esto penaliza a los productos con un bajo valor energético, ya que una pequeña cantidad de azúcares añadidos o grasas saturadas puede significar un porcentaje de las calorías suficiente como para colocar los sellos.

Agustin Crok está realizando una investigación para su tesis de grado de ingeniería en alimentos sobre este tema, si te pareció interesante y quieres poner a prueba a tus conocidos, te recomendamos que les hagas hacer la siguiente encuesta.

Fuente: agustincrok.com

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